Navegar por cualquier sitio (perteneciente a la UE) y que salte el aviso de la ley de cookies es el pan de cada día. En realidad no es una “ley de cookies”, si no la LSSI (Ley de Servicios de la Sociedad de la Información) que modificada por el Real Decreto-Ley 13/2012 de 30 de marzo para adaptarla a las directivas comunitarias, y de paso, complicarnos un poco más la vida. No me meteré a discutir sobre la ridiculez de esta ley, que ya se ha hecho bastante. Sin embargo, después de tres años (la obligación de informar del uso de cookies comenzó en 2012) debería pensarse en este elemento como uno más a la hora de diseñar la experiencia del usuario, y no como un apaño a incluir a la hora de poner online una web.
Lo que nos lleva a a que muchos sitios incluyen un plugin para salir del paso y adaptarse a la ley, sin pensar como puede afectar esto su navegación, su tasa de rebote, y sin intentar minimizar el daño que esta aberración puede causar. Lo que viene siendo un apaño.

Si hay que ponerlo, se pone, pero no dejes que un aviso de cookies estropee una buena impresión de site. Y sobre todo si estás vendiendo algo. Esto me pasó el otro día en La Casa del Libro:

El aviso cubre la parte superior, aunque por lo menos me deja ver el contenido que estoy buscando. Sin embargo, darle al botón para cerrar el aviso ya es otra historia. Mejor que no tengas los dedos gordos.
El problema no solo es en dispositivos, si no también en ordenadores de escritorios, donde no encontramos demasiadas opciones resaltadas:


Demasiadas acciones principales para algo que tiene que ser clicado casi instintivamente para quitarlo de en medio. A veces, la mejor solución es la más fácil. Algo más en este sentido:

¿Soluciones?
Testar cual es tu mejor solución. Si colocarlo arriba o abajo, que tape el contenido como una capa superpuesta o lo desplace. También es recomendable usar un sólo botón (con forma de botón, como en el ejemplo de arriba) explícito para quitar el aviso.
También es posible hacer que el aviso desaparezca transcurrido un tiempo. Si tu usuario permanece más de, por ejemplo, 15-30 segundo en la página, podríamos afirmar que está haciendo uso de ella, lo que ya contaría como una sesión.
Y sobre todo: no complicarlo más.